Iniciada en nuestro país en la década del 50, tal el caso de la AEC en 1959, la visión de unión y representatividad a nivel nacional por la constitución de la Federación Argentina de Enfermería (FAE) en 1965 y su afiliación y reconocimiento del Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) en 1969; la mirada de unidad latinoamericana al ser cofundadora de la Federación Panamericana de Profesionales de Enfermería (FEPPEN) en 1970 y la regional como miembro fundador del Consejo Regional de Enfermería del MERCOSUR (CREM) en 1994.

 

Todos estos emprendimientos, teniendo en cuenta el contexto, requirieron de enfermeras visionarias sobre nuestro rol, identificado en los objetivos y funciones estatutarias que les dieron origen y el pago de la cuota societaria que demanda la conservación de miembro activo en cada una de ellas. A las pioneras hasta la actualidad, les sucedieron colegas en Comisiones Directivas / Mesas Ejecutivas, que en forma voluntaria, sin retribución económica alguna, con inversión de tiempos extras a los del ejercicio que le permiten la subsistencia personal, han contribuido con distintos logros para:

Preservar la identidad y continuidad profesional.
Representar y defender los intereses profesionales en todos los ámbitos.

 

Para ello, fue y es necesaria la participación constructiva y comprometida, ya que los que han estado en las directivas de una organización saben de la demanda de presencia física no virtual acompañada de ideas, que exige la aceptación de integrar una comisión grupo de trabajo no individualidades, entre otros:

– Asistir a las reuniones programadas y desempeñar las funciones inherentes al cargo.
– Integrar y participar en subcomisiones cumpliendo lo asumido.
– Disponer de tiempo para las representaciones.
– Reconocer que cuando uno acepta un cargo, toma decisiones en conjunto y que pueden equivocarse, porque solo se equivocan aquellos que hacen y pueden enmendar las equivocaciones.
– No es para el currículo sino mientras dure el mandato para:
Aumentar y potenciar las fortalezas.
Disminuir y neutralizar las debilidades.
Anticipar y vislumbrar las amenazas.
Aprovechar las oportunidades de unión y unidad.

 

Todo ello, para que Tengamos la serenidad para aguantar lo que no se puede cambiar, tengamos fuerza para cambiar lo que sí se puede cambiar y sobre todo, tengamos sabiduría para discernir entre lo uno y lo otro.
Estos serán los desafíos de la enfermería argentina del Siglo XXI, en la formación y el ejercicio, en el cuidado continuo de la salud de las personas, familias y comunidades.

 

Por lo tanto los licenciados, los enfermeros, los auxiliares de enfermería , los estudiantes , autoridades y ciudadanía en general festejamos este acontecimiento como un logro de nuestra profesión, con un recuerdo a las fundadoras y un saludo afectuoso a todos los integrantes de las Comisiones Directivas y socios que han hecho y hacen posible la continuidad para que estemos juntos en esta conmemoración, con el auspicio de las organizaciones provinciales, de las entidades educativas, de las organizaciones de América y del Consejo Internacional de Enfermeras, quién ha enviado un mensaje por este acontecimiento.


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